lunes, 31 de mayo de 2010

Antes LOST, ahora FORGOTTEN

Perdidos, la serie que acumuló mayor expectación en la historia de la televisión, ha llegado a su fin. Y lo ha hecho sin dar respuestas, lo que ha generado el quizás también más controvertido final del mundo televisivo. Algunos a favor, y la mayoría en su contra. Esta división entre espectadores bien podría utilizarse como estudio sociológico, pues a la vista salta una mayor racionalidad de sus detractores, frente a la innata impulsividad de sus defensores. Estos últimos, dejándose llevar por un final que les satisface (en cuanto a los sentimientos de sus personajes), rechazan por otro lado la posibilidad de preguntarse los muchos porqués que la serie disparó a sus espectadores durante los seis años de emisión. Seis años formulando cuestiones con una muy directa intención de existencia de respuesta para todas y cada una de estas preguntas. Este final sentimentaloide (en el sentido más peyorativo de la palabra) parece haberle funcionado a los creadores de la serie, al menos con el mencionado grupo impulsivo, pero, ¿cuántos de estos pasionales seguidores continuarán alabando el final de esta obra, a medida que su mente sea invadida por todas aquellas incógnitas planteadas en la serie? Reconozcamos, camaradas, que el Final de Lost no fue más que un larguísimo spot del Agua Mineral Dharma que sacarán a la venta en breve (no se me quita de la cabeza esa imagen de Hugo bebiendo el agua divina -así la venderán- que le ofrece Jack). Y pasando página me remito a la foto que encabeza (sin pelo) este post; el gran John Locke en su mejor momento. Capítulo 5x5, minuto 31, Locke se dispone a descender al pozo por la cuerda y Sawyer le pregunta que por qué no deja que le ayuden a bajar, a lo que Mr Proper responde "Y qué tendría eso de divertido ¿?". Es entonces cuando sucede el mejor momento de Lost, la actuación más sincera y que mejor representa lo que es toda la serie y sus misterios sin resolver. Y es que, tras decir su genial frase, John Locke se rasca la barbilla y... no puede evitar sonreír. ¿Real? ¿Ficción? En cualquier caso ésa es la imagen que todos, defensores y detractores, debemos mantener en la memoria, pues resume la esencia de Lost: una pequeña gran broma.

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